Como se pudo evidenciar en el análisis de los resultados, la Concentración y la Autoconfianza resultaron ser las más están valoradas o desarrolladas por los nadadores.
Como anticipaba anteriormente, la Concentración parece ser para los nadadores, la clave del éxito. Concentrarse implica "la habilidad para dirigir y mantener la atención hacia el aspecto requerido de la tarea que se está realizando"[7] , durante un lapso determinado de tiempo. Por lo tanto, cuando un nadador está concentrado en la ejecución, tanto durante la competencia como en los momentos previos aumenta su rendimiento o al menos disminuye la posibilidad de cometer errores (como lo serían, una partida en falso, un retraso en la partida o perder su ritmo de prueba por distraerse observando al nadador de al lado).
Y tanto el buen rendimiento, como la disminución o ausencia de errores en la ejecución, traen aparejado a su vez, una mejora en la Autoconfianza. Siendo ésta la percepción, “la creencia o el grado de certeza”[8] que el nadador tiene de su aptitud para tener éxito en lo que hace; es decir, que para el deportista, tener autoconfianza es tener “una expectativa realista sobre lo que se puede conseguir” [9] o alcanzar.
De esta forma, al estar más seguro de sí mismo y de su capacidad para realizar una buena ejecución, se retroalimenta su capacidad de Concentración. Es por esto que, aún después de haber separado la muestra en tres subgrupos diferentes, observamos que ambas variables mantienen sus resultados constantes o proporcionales, más allá de que éstos suban o bajen respecto de la media general de acuerdo a las características de cada grupo.
Obviamente se destaca que Concentración y Autoconfianza están total y recíprocamente vinculadas, y sobre todo en el grupo de mayor exigencia y mayor rendimiento, es decir, el de los nadadores de Primera categoría.
Pero no debe olvidarse, que la Confianza, es una variable que se relaciona con el Rendimiento, según el esquema de la U invertida, es decir, que un exceso de Confianza por parte del nadador, puede ser perjudicial, provocando una baja en el mismo.
En este punto podríamos relacionar el hecho que tanto el grupo de 1º categoría como el grupo de varones master presentaron un manejo de la Ansiedad Competitiva considerablemente menor que el de las mujeres, en proporción inversa a los puntajes de Concentración y Autoconfianza. Esto nos podría llevar a pensar que sobrepasado el nivel óptimo de Confianza, los nadadores pueden sostener la Concentración, pero no controlar sus niveles de ansiedad, siendo esta definida como “un estado emocional negativo que incluye sensaciones de nerviosismo, preocupación y aprensión”[10], tanto respecto de la preparación, los momentos previos o durante la competencia misma.
Pero también podemos relacionarlo con lo que son las más frecuentes fuentes de ansiedad o estrés en competencia, como ser: la incertidumbre o impredictibilidad del resultado, o la importancia atribuida a un suceso o competencia. “En general, cuanto más importante es el evento, más estrés provoca”[11]
Esta última afirmación, nos serviría para explicar el hecho de que las nadadoras Master tengan menor ansiedad que los nadadores de 1º, ya que como veíamos en las respuestas respecto de las experiencias más significativas, éstos últimos mencionaban todos eventos a nivel Sudamericano, Internacional, Mundial y hasta la posibilidad de clasificar para un Juego Olímpico.
Pero este mismo análisis no nos sirve respecto del grupo de nadadores master, ya que este grupo enfrenta competencias del mismo nivel que las mujeres. Y aquí se da lugar a la última de las diferencias que aparece en los resultados del C.P.R.D.-f. y es respecto de la Influencia de la Evaluación del Rendimiento, donde los hombres Master se muestran más afectados por esta variable que los otros dos grupos. Sumado esto a la diferencia que presentan respecto de las mujeres en referencia a la mayor valoración que le dan al Reconocimiento de su familia, su equipo y/o amigos o su entrenador. Esto nos haría pensar, que tanto su propia evaluación, como la evaluación del rendimiento que supone que realizan sus otros significativos, los afecta de tal forma que les produce un aumento de la ansiedad.
Resta, por último, destacar la importancia que le dan los nadadores, en general, al hecho de “haber alcanzado una meta u objetivo preestablecido” (recordemos que este ítem fue valorado como el más importante por el total de la muestra). Y este punto, nos lleva a hablar directamente de la Motivación, que es una variable íntimamente ligada al establecimiento de metas.
En un sentido amplio, la Motivación es el conjunto de factores que influyen en la probabilidad de que alguien haga algo; “es el producto de variables sociales, ambientales e individuales que determinan la elección de una actividad física o deportiva, la intensidad en la práctica de esa actividad, la persistencia en la tarea y en último término el rendimiento.”[12]
Cuando el único objetivo es ganar, el deportista puede perder el control sobre la situación (porque depende también de los rivales) y esto le provocaría un aumento del estrés y un descenso en la motivación. Algo similar sucede cuando la meta que se intenta alcanzar está fuera del alcance de la capacidad del deportista para lograrlo.
Diferenciando fundamentalmente la Motivación en Extrínseca (“cuando un comportamiento esté movido por conseguir alguna recompensa que no está directamente relacionada con la tarea a realizar”[13]) e Intrínseca (cuando el nadador realiza la actividad por el simple placer de disfrutarla y la satisfacción de participar, donde “la actividad es su propia recompensa”[14]) podemos confirmar que los nadadores Master, tanto hombres como mujeres, compiten bajo este último tipo de Motivación. Es decir, no buscan la recompensa, sino que disfrutan del desafío y de la simple participación. La nadadora de mayor edad de la muestra (60 años) dijo:
“Disfrutar que todavía puedo hacer nuevas acciones con mi cuerpo [...] Porque a mi edad todas las mujeres se quejan de dolores y yo tengo logros que me demuestran que mi cuerpo no se está muriendo”
En el caso de los nadadores de Primera Categoría, el análisis no parece ser tan directo, ya que si bien se podría pensar que principalmente los domina una motivación extrínseca, que tiene que ver con el Puesto Obtenido o la Marca lograda (motivos elegidos por ellos como los más importantes), es llamativo que el “Premio Obtenido” fuera señalado como el menos importante. Es decir que se podría pensar que tanto el puesto como la marca obtenida, podrían estar jugando un papel de recompensa pero con una función Informativa (es decir, que le informa respecto de su rendimiento) lo cual permitiría un desarrollo del sentimiento de competencia personal y tendría un efecto de aumento de la motivación Intrínseca.
Al respecto, reproduzco la frase de uno de los nadadores de 1º: “Competir y ser Competente”
Para culminar con esta articulación, aclaro, que más allá de las generalizaciones producto de las estadísticas resultantes de esta investigación, cada nadador tiene emociones que difieren según los rasgos de personalidad, las metas que se hayan establecido, la ansiedad, la capacidad de autocontrol, las vivencias de éxito o fracaso, etc.; por lo cual el trabajo de las mismas con un Psicólogo Deportivo, le permitiría al nadador poder desarrollar todo su potencial.
Uno de los nadadores master comentó que al retomar la Natación a los 36 años, logró bajar sus marcas de cuando era Juvenil B (17-18 años) por “auto superación y demostrarme que uno es quien se limita”.
Es por esto que considero, en palabras de García Ucha, que “el estudio de las emociones que surgen durante las competencias resulta uno de los aspectos más trascendentes, ya que estas emociones pueden traer como consecuencia un detrimento en el potencial del deportista y afectar los resultados…”[15]
Como anticipaba anteriormente, la Concentración parece ser para los nadadores, la clave del éxito. Concentrarse implica "la habilidad para dirigir y mantener la atención hacia el aspecto requerido de la tarea que se está realizando"[7] , durante un lapso determinado de tiempo. Por lo tanto, cuando un nadador está concentrado en la ejecución, tanto durante la competencia como en los momentos previos aumenta su rendimiento o al menos disminuye la posibilidad de cometer errores (como lo serían, una partida en falso, un retraso en la partida o perder su ritmo de prueba por distraerse observando al nadador de al lado).
Y tanto el buen rendimiento, como la disminución o ausencia de errores en la ejecución, traen aparejado a su vez, una mejora en la Autoconfianza. Siendo ésta la percepción, “la creencia o el grado de certeza”[8] que el nadador tiene de su aptitud para tener éxito en lo que hace; es decir, que para el deportista, tener autoconfianza es tener “una expectativa realista sobre lo que se puede conseguir” [9] o alcanzar.
De esta forma, al estar más seguro de sí mismo y de su capacidad para realizar una buena ejecución, se retroalimenta su capacidad de Concentración. Es por esto que, aún después de haber separado la muestra en tres subgrupos diferentes, observamos que ambas variables mantienen sus resultados constantes o proporcionales, más allá de que éstos suban o bajen respecto de la media general de acuerdo a las características de cada grupo.
Obviamente se destaca que Concentración y Autoconfianza están total y recíprocamente vinculadas, y sobre todo en el grupo de mayor exigencia y mayor rendimiento, es decir, el de los nadadores de Primera categoría.
Pero no debe olvidarse, que la Confianza, es una variable que se relaciona con el Rendimiento, según el esquema de la U invertida, es decir, que un exceso de Confianza por parte del nadador, puede ser perjudicial, provocando una baja en el mismo.
En este punto podríamos relacionar el hecho que tanto el grupo de 1º categoría como el grupo de varones master presentaron un manejo de la Ansiedad Competitiva considerablemente menor que el de las mujeres, en proporción inversa a los puntajes de Concentración y Autoconfianza. Esto nos podría llevar a pensar que sobrepasado el nivel óptimo de Confianza, los nadadores pueden sostener la Concentración, pero no controlar sus niveles de ansiedad, siendo esta definida como “un estado emocional negativo que incluye sensaciones de nerviosismo, preocupación y aprensión”[10], tanto respecto de la preparación, los momentos previos o durante la competencia misma.
Pero también podemos relacionarlo con lo que son las más frecuentes fuentes de ansiedad o estrés en competencia, como ser: la incertidumbre o impredictibilidad del resultado, o la importancia atribuida a un suceso o competencia. “En general, cuanto más importante es el evento, más estrés provoca”[11]
Esta última afirmación, nos serviría para explicar el hecho de que las nadadoras Master tengan menor ansiedad que los nadadores de 1º, ya que como veíamos en las respuestas respecto de las experiencias más significativas, éstos últimos mencionaban todos eventos a nivel Sudamericano, Internacional, Mundial y hasta la posibilidad de clasificar para un Juego Olímpico.
Pero este mismo análisis no nos sirve respecto del grupo de nadadores master, ya que este grupo enfrenta competencias del mismo nivel que las mujeres. Y aquí se da lugar a la última de las diferencias que aparece en los resultados del C.P.R.D.-f. y es respecto de la Influencia de la Evaluación del Rendimiento, donde los hombres Master se muestran más afectados por esta variable que los otros dos grupos. Sumado esto a la diferencia que presentan respecto de las mujeres en referencia a la mayor valoración que le dan al Reconocimiento de su familia, su equipo y/o amigos o su entrenador. Esto nos haría pensar, que tanto su propia evaluación, como la evaluación del rendimiento que supone que realizan sus otros significativos, los afecta de tal forma que les produce un aumento de la ansiedad.
Resta, por último, destacar la importancia que le dan los nadadores, en general, al hecho de “haber alcanzado una meta u objetivo preestablecido” (recordemos que este ítem fue valorado como el más importante por el total de la muestra). Y este punto, nos lleva a hablar directamente de la Motivación, que es una variable íntimamente ligada al establecimiento de metas.
En un sentido amplio, la Motivación es el conjunto de factores que influyen en la probabilidad de que alguien haga algo; “es el producto de variables sociales, ambientales e individuales que determinan la elección de una actividad física o deportiva, la intensidad en la práctica de esa actividad, la persistencia en la tarea y en último término el rendimiento.”[12]
Cuando el único objetivo es ganar, el deportista puede perder el control sobre la situación (porque depende también de los rivales) y esto le provocaría un aumento del estrés y un descenso en la motivación. Algo similar sucede cuando la meta que se intenta alcanzar está fuera del alcance de la capacidad del deportista para lograrlo.
Diferenciando fundamentalmente la Motivación en Extrínseca (“cuando un comportamiento esté movido por conseguir alguna recompensa que no está directamente relacionada con la tarea a realizar”[13]) e Intrínseca (cuando el nadador realiza la actividad por el simple placer de disfrutarla y la satisfacción de participar, donde “la actividad es su propia recompensa”[14]) podemos confirmar que los nadadores Master, tanto hombres como mujeres, compiten bajo este último tipo de Motivación. Es decir, no buscan la recompensa, sino que disfrutan del desafío y de la simple participación. La nadadora de mayor edad de la muestra (60 años) dijo:
“Disfrutar que todavía puedo hacer nuevas acciones con mi cuerpo [...] Porque a mi edad todas las mujeres se quejan de dolores y yo tengo logros que me demuestran que mi cuerpo no se está muriendo”
En el caso de los nadadores de Primera Categoría, el análisis no parece ser tan directo, ya que si bien se podría pensar que principalmente los domina una motivación extrínseca, que tiene que ver con el Puesto Obtenido o la Marca lograda (motivos elegidos por ellos como los más importantes), es llamativo que el “Premio Obtenido” fuera señalado como el menos importante. Es decir que se podría pensar que tanto el puesto como la marca obtenida, podrían estar jugando un papel de recompensa pero con una función Informativa (es decir, que le informa respecto de su rendimiento) lo cual permitiría un desarrollo del sentimiento de competencia personal y tendría un efecto de aumento de la motivación Intrínseca.
Al respecto, reproduzco la frase de uno de los nadadores de 1º: “Competir y ser Competente”
Para culminar con esta articulación, aclaro, que más allá de las generalizaciones producto de las estadísticas resultantes de esta investigación, cada nadador tiene emociones que difieren según los rasgos de personalidad, las metas que se hayan establecido, la ansiedad, la capacidad de autocontrol, las vivencias de éxito o fracaso, etc.; por lo cual el trabajo de las mismas con un Psicólogo Deportivo, le permitiría al nadador poder desarrollar todo su potencial.
Uno de los nadadores master comentó que al retomar la Natación a los 36 años, logró bajar sus marcas de cuando era Juvenil B (17-18 años) por “auto superación y demostrarme que uno es quien se limita”.
Es por esto que considero, en palabras de García Ucha, que “el estudio de las emociones que surgen durante las competencias resulta uno de los aspectos más trascendentes, ya que estas emociones pueden traer como consecuencia un detrimento en el potencial del deportista y afectar los resultados…”[15]
Consideraciones finales:
Una limitación de esta investigación, el basarse en una muestra pequeña y no estandarizada, donde no se pueden controlar determinadas variables como las diferencias en rangos de edades, los años de entrenamiento, las competencias en las que participan, y hasta el hecho de desconocer si se trata de velocistas (y en este caso que estilo privilegian) o de fondistas, etc.
Para poder validar estos resultados, se debería realizar una nueva investigación sobre una muestra mayor y donde se analicen exhaustivamente los valores estadísticos obtenidos (esto es, controlando la mayor cantidad de variables posibles, se calculen no solo las medidas de tendencia central, si no también las desviaciones y se realicen ciertas pruebas de validación).
Pero más allá de esto, y después de todo el desarrollo y la articulación realizada en base a la investigación, se puede dar por confirmada la premisa que sirvió a modo de hipótesis, de que la Concentración y la Autoconfianza son las variables o aptitudes psicológicas más importantes en los nadadores de la muestra.
A modo de conclusión, tomo una frase de un trabajo presentado en la última “Jornada Internacional de Actualización en Psicología del Futbolista y del Entrenador”, por el Lic. Cristian Batista y que fuera una de las presentaciones que motivaron mi inquietud a realizar este trabajo:
“Ahora bien, la Autoconfianza y la Concentración son condiciones necesarias pero no suficientes para un buen rendimiento. Tanto una como la otra necesitan de la energía y la dirección que proporciona la Motivación." [16]
Una limitación de esta investigación, el basarse en una muestra pequeña y no estandarizada, donde no se pueden controlar determinadas variables como las diferencias en rangos de edades, los años de entrenamiento, las competencias en las que participan, y hasta el hecho de desconocer si se trata de velocistas (y en este caso que estilo privilegian) o de fondistas, etc.
Para poder validar estos resultados, se debería realizar una nueva investigación sobre una muestra mayor y donde se analicen exhaustivamente los valores estadísticos obtenidos (esto es, controlando la mayor cantidad de variables posibles, se calculen no solo las medidas de tendencia central, si no también las desviaciones y se realicen ciertas pruebas de validación).
Pero más allá de esto, y después de todo el desarrollo y la articulación realizada en base a la investigación, se puede dar por confirmada la premisa que sirvió a modo de hipótesis, de que la Concentración y la Autoconfianza son las variables o aptitudes psicológicas más importantes en los nadadores de la muestra.
A modo de conclusión, tomo una frase de un trabajo presentado en la última “Jornada Internacional de Actualización en Psicología del Futbolista y del Entrenador”, por el Lic. Cristian Batista y que fuera una de las presentaciones que motivaron mi inquietud a realizar este trabajo:
“Ahora bien, la Autoconfianza y la Concentración son condiciones necesarias pero no suficientes para un buen rendimiento. Tanto una como la otra necesitan de la energía y la dirección que proporciona la Motivación." [16]
[7] Abel Guallar y Diana Pons en Entrenamiento Psicológico en el deporte de Isabel Balaguer. Cap. 6 - Pág. 229
[8] Vealey 1986 p222 citado por Balaguer, Palomares y Guzmán Cap V pág. 182
[9] Balaguer, Palomares y Guzmán, en Entrenamiento Psicológico en el deporte de Isabel Balaguer Cap. V p. 178
[10] Weinberg y Gould: Fundamentos de la Psicología del Deporte y ejercicio físico. Cap 6: Pág. 102
[11] Ídem, Pág. 109
[8] Vealey 1986 p222 citado por Balaguer, Palomares y Guzmán Cap V pág. 182
[9] Balaguer, Palomares y Guzmán, en Entrenamiento Psicológico en el deporte de Isabel Balaguer Cap. V p. 178
[10] Weinberg y Gould: Fundamentos de la Psicología del Deporte y ejercicio físico. Cap 6: Pág. 102
[11] Ídem, Pág. 109
[12] Escartí y Carvelló en Entrenamiento Psicológico en el deporte de Isabel Balaguer Cap II p.65
[13] Giesenow, Carlos: “Promoviendo la motivación Intrínseca” En Psicodeportes 16 p. 13
[14] Idem, p.13
[13] Giesenow, Carlos: “Promoviendo la motivación Intrínseca” En Psicodeportes 16 p. 13
[14] Idem, p.13
[15] García Ucha: El papel de las emociones del deportista Cap 4: p.55
[16] Batista, Cristian: “El Revés de la Confianza” Un recorrido por las aptitudes psicológicas que más influyen en el rendimiento de los arqueros de fútbol