martes, 11 de noviembre de 2008

Locos...


- Vos, ¿estás loco? Yo sí, lo estoy.
Cuando decidí ser nadador y entrenar mis primeros 10 km. al día, mis amigos me dijeron que no era normal. Me decían que estaba loco, porque entrenaba los fines de semana que estaban hechos para descansar, o ir a fiestas. Pero lo mejor es que había otros que tenían los mismos síntomas que yo.
Cuando solo hay 15 grados, llueve y hay viento, pero seguimos nadando porque nos faltan 10 pasadas de 200mts, seguramente nos dirán que nos falta un tornillo.
Cuando llamamos ‘dieta’ a comer 6 veces al día y no a dejar de hacerlo.
Cuando al empacar, lo primero que ponemos en el equipaje son la malla, gorra y antiparras, y luego todo lo demás, que en realidad nunca es tan importante.
Cuando encontramos una transmisión de alguna competencia en TV y nos quedamos como hipnotizados, aunque los medios les dediquen no más de 30 minutos, a lo que para nosotros significa nuestra vida.
- Soy un loco porque encontré en este deporte, que darle vueltas a un pozo de 25 o 50 metros lleno de agua, es algo muy importante en mi vida.
- Soy un loco porque encontré en esta disciplina que participar era lo más importante, pero que llegar detrás de otro competidor me daba otra razón para entrenar más duro.
- Soy un loco que ve pasar su vida en menos de un segundo cuando el Juez de Partida da la voz de "a sus marcas," y toda la adrenalina explota en mi interior.
- Soy un loco por que gasto más en mallas, antiparras y gorras que en zapatillas, ropa, o cualquier otra cosa.
- Soy un loco porque he descubierto que la natación no solo es un deporte, es un estilo de vida. Mi vida reside en una pileta, mi corazón en esta disciplina y mi espíritu en el agua...
- No soy como los demás, soy un nadador.
- Y si, estoy loco; pero en este mundo... no soy el único...
- Y vos, ¿estás loco?
(Texto anónimo extraído y modificado del video “¿Loco = Nadador?”)

Afilar el Hacha

Dos hombres se dedicaron un día entero a cortar leña.
Uno de ellos trabajó sin detenerse a descansar, y juntó una pila de leños bastante grande.
El otro lo hizo durante lapsos de 50 minutos en los que descansó. Al cabo tenía una pila de leños mucho mayor.
- ¿Cómo pudiste cortar tanta leña? le preguntó el hombre que trabajó si descansar.
Esta fue la respuesta:
- "Mientras descansaba, afilaba el hacha".

Thomas Welch